"Some time later"

viernes, 31 de octubre de 2008

Poema de otoño


"L'automne déjà! -Mais pourquoi regretter un éterner soleil, si nous sommes engagés à la découverte de la clarté divine, -loin des gens qui meurent sur les saisons." decía el gran Rimbaud.

Me encanta el otoño. Cada vez que empieza el frío siento que todo entra en su declive, y a su vez gana en intensidad. Lejos de "las gentes que mueren en las estaciones" una siente que ese declive es apropiado, que los festejos vitalistas del verano tocan a su fin y el mundo entra en una fase de letargo...Una siente de nuevo la presencia del tiempo, poderosa, como un zarpazo, y el recordatorio que la muerte espera, al final del pasillo...y esa presencia puede resultar un acicate. Puesto que el tiempo no es infinito y puede acabarse cualquier día, hay que embarcarse ya enseguida sin esperar ni un día en nuevos proyectos, nuevas ilusiones. Y hay que tender un ojo y una oreja a los proyectos del prójimo, vida latente. Y es ahí donde encuentro la sublimidad del otoño.

¡Otoño ya! que decía Rimbaud; sí, si el otoño tiene que llegar, que llegue ya, celebrémoslo con alegría. Y recordemos que la grandeza del otoño estriba sencillamente en la conciencia y aceptación del mismo declive, de las sombras que traen nuestros días. Nunca me siento más viva que cuando alguien que aprecio me abre el cajón de sus espectros personales, de sus preocupaciones y anhelos más hondos.

Viktor E. Frankl, psiquiatra que en "El hombre en busca de sentido" muestra cómo lo aprehendió precisamente un campo de concentración, nos dice que "la última de las libertades humanas", que no nos falla nunca, es la "capacidad de elegir la actitud personal ante un conjunto de circunstancias." Llegará el otoño, luego el invierno, fracasarán nuestros planes o no; pero cuán grato es sentir que en uno prevalece la receptividad y el respeto ante la vida; esto no sólo nunca nadie nos lo podrá robar, ni la peor de las adversidades, sino que nos permitirá entrar en conexión con tantas otras personas, por diferentes que sean a nosotros.

Je est autre

Voy a visitar a mi abuela y me admiro de nuevo de encontrar tanta sabiduría en una vida que no transcurre más allá de cuatro paredes. Ha leído a Frankl también y me habla de la validez de la vida si uno ha hecho todo lo bueno que ha sabido en su situación. Cuando era más joven siempre dudaba de no haber sido lo bastante buena como para merecer el cielo. Ahora se ha hecho más indulgente consigo misma, y le reza a Dios: "Si no he fet millor les coses, és perquè no n'he sabut." No hizo grandes hazañas, no estuvo en la otra punta del mundo curando enfermos como las biografías de médicos que le gusta tanto leer, como Kübler-Ross. Tuvo una vida normal, como se esperaba en su época: se casó, sobrevivió a la posguerra, cuidó de sus hijos. Poca cosa y tanta a la vez, puesto que lo hizo como mejor supo. Hoy la miro a los ojos, mientras me habla pausadamente desde su butaca siempre teñida de la luz blanquecina del atardecer e intuyo que su existencia ha valido la pena, sólo por estar siendo quien es ahora que me habla con una presencia tal.

Por la noche, voy a cenar con mis alumnos del GES y acabamos hablando de los destinos de unos y otros, de sus familias de origen, de la historia de sus amores. Y sonrío con placidez a pesar de oír los enormes sufrimientos que han tenido que aguantar (padres alcohólicos, una vida determinada a trabajar para sobrevivir, y tantas dudas) puesto que están frente a mí ahora mismo y a pesar de todo persisten en existir y en buscar su destino.

Y pienso en el libro de Frankl y en cómo el ser humano persiste en buscar un sentido a su existencia, y cuando va perfilando un sentido en el horizonte es capaz de soportar cualquier sufrimiento, porque siente que su vida sirve para algo, es leña para la humanidad en construcción.

Y yo tal vez tampoco tenga una vida ejemplar ni pueda enorgullecerme de cambiar nada en el mundo; pero sí siento que si sigo despierta, si no permito que el torbellino de la actividad me diluya, puedo ser un receptáculo de ideas, de energías; una transmisora de todos los estímulos que me llegan de la vida que se está buscando a sí misma, que busca autorrealizarse.



...et il me sera loisible de posséder la vérité dans une âme et un corps.