"Some time later"

jueves, 6 de mayo de 2010

Care Santos: ensanchando los límites de la realidad.




Care Santos es una autora de Mataró que he descubierto este año, y ha sido para mí una grata sorpresa. Me parece que su obra es bastante personal y arriesgada, y sospecho que va a ser un valor en alza. Además, he tenido la suerte de contactar con ella a partir de esa herramienta tan particular y aparentemente banal como es el facebook....y, aprovechando la excusa de que mi escuela de adultos es en Mataró, he logrado arrancarle la promesa de venir a hacernos una visita el lunes próximo y hablar con ella de literatura. Si en persona es la mitad de interesante que en sus libros y la mitad de amable que en sus mensajes de correo... la charla del lunes confío que resultará muy motivadora.

Care Santos (Mataró, 1970) apunta fuerte. Tiene ya en su haber diversas obras de literatura juvenil, siete novelas de textura variada y seis libros de cuentos, el último de los cuales ha publicado recientemente Páginas de espuma. Su obra no es obvia: huye de la simpleza de la llamada “literatura femenina” (contra la que arremete en uno de sus cuentos) para moverse en los intersticios entre la realidad y la ficción, lo verosímil y lo fantástico, y ensanchar así los límites de la realidad, como hace la buena literatura.
Su novela “Aprender a huir” ya me fascinó por lo arriesgado de su propuesta: en ella lleva las pasiones de sus variopintos personajes hasta el extremo; a partir de situaciones realistas, introduce un efecto de extrañamiento que cautiva al lector, que se ve impelido a continuar los avatares de los protagonistas con su mismo frenesí.
En el inquietante “Los que rugen”, de interés desigual, los mejores cuentos me parecen aquellos en los que entremezcla la autoficción con la fantasía. ¿Es ella de quien habla cuando la protagonista se llama Santos? ¿Es ella la autora que se extasía con la contemplación nocturna de su biblioteca, o se indigna ante un periodista mediocre? Pero los sucesos siempre desmienten la primera presunción de realidad: ¿cómo puede ser verídico si la protagonista recibe la visita de los autores difuntos ausentes de su biblioteca, o asesina al periodista por el rechazo visceral que le causa?
Freud en “Lo siniestro” explicaba cómo esta noción se vincula con los mejores relatos sobrecogedores. Según la etimología de la palabra en alemán (unheimlich), lo siniestro equivale a lo que no es familiar, o a lo que inquieta porque emerge imprevisiblemente de lo cotidiano, para revelarnos algo oculto. Este mecanismo se produce soberbiamente en los mejores cuentos de Care, y les concede esa aura tan particular de irrealidad verosímil, o realidad trastornada.
Los cuentos del libro se dividen en dos partes, “Ellos” y “Nosotros”, títulos que sellan la configuración de lo fantasmagórico; un universo donde la realidad presenta varios sustratos, y las situaciones extraordinarias corporeizan la extrañeza misma de la existencia. En “Ellos” el mundo de los muertos visita de manera borrascosa el de los vivos. Así, en uno de los relatos, una llamada telefónica anónima crea la expectativa de una historia de amor secreta; pero ello queda después truncado por el rumbo posterior de los acontecimientos. “Nosotros” trata en cambio de los vivos, desde sus sombras; y el lector no puede evitar sentir que construye fábulas a partir de sus vivencias personales; a destacar, la historia de una mujer que adopta como amante a un hombre invisible al que puede alojar en su casa sin sospechas, o aquellas sobre la difícil adolescencia de una muchacha amante de los libros.
Care Santos, en definitiva, parece personificar estas palabras de Faulkner: “Una novela es la vida secreta de un escritor, el oscuro hermano gemelo de un hombre”.