"Some time later"

domingo, 30 de diciembre de 2007

El club del llibre (I)


Este trimestre haré por primera vez un módulo llamado "El club del llibre". Como el objetivo primordial que viene dictado es incitar a la lectura, hablar de libros, analizar los libros, ¿qué mejor que estructurar el módulo en torno a la lectura misma? Y, todavía más, ¿por qué no dejar que ellos elijan su propio libro?


El acto de leer siempre me ha parecido algo individual e intransferible. El profesor puede (con suerte) motivar, incentivar, despertar curiosidades (excepcionalmente pasiones). Pero la lectura es un fenómeno íntimo y privado entre una persona con su circunstancia y un objeto que se halla entre sus manos. Dicho objeto puede limitarse a su existencia material, como simple palabra escrita para ser digerida; o bien puede propiciar un fenómeno mágico: aquél en el cual la lectura interpela, provoca, sugiere, comunica...y proporciona al lector un placer total o incluso una ráfaga de elucidación sobre la propia existencia.


Sin embargo, esto difícilmente sucederá cuando los profesores tomamos senderos fáciles, y, para ahorrarnos trabajo, elegimos un libro más o menos polivalente y que nos sabemos de memoria para después analizarlo y deshuesarlo hasta la saciedad en el aula, para que unos alumnos desganados consuman sus despojos y luego los regurgiten en el examen.

Como alumna de cursos de literatura, siempre había encontrado este procedimiento odioso. Yo esperaba del profesor que me abriera puertas, me brindara nuevos títulos; que actuara como un buen aperitivo francés (al modo Kir Royale): breve pero intenso; bebedizo que dejara en estado de receptividad sobrenatural, las mejillas y la curiosidad ardiendo.

Algunos de los libros de lectura obligatoria conseguían gustarme, pese al rechazo inicial que siempre provocan. Pero al cuarto día de análisis detallado y de esquematizar los componentes de la obra (los consabidos tiempo, espacio, personajes, punto de vista...) y tal vez desvelar prematuramente misterios que aún no había descubierto por mí misma, súbitamente sentía un disgusto profundo, casi náusea: ¡Qué mal gusto! ¡Destripar despiadadamente a obras que merecerían ser penetradas con tranquilidad, sutileza...!

Tras la experiencia propia, me devano los sesos por tratar de hacer de la lectura algo no sólo interesante sino también personal, vivencia particular.


Por todo ello, y gracias al estímulo de mi compañero de profesión y blog Joselu, he tomado esta decisión: para este módulo, proporcionaré a los alumnos una lista de lecturas variadas y les orientaré sobre sus preferencias. Deberán leer obligatoriamente una de ellas. (Si leen más, será para subir nota).

Durante los tres días de clase a la semana, dedicaremos uno a la lectura y la tertulia (comentar cómo van las lecturas, recomendarnos o no los libros...), otro al trabajo individual en el ordenador (pretendo abrir con ellos un blog literario) y el último a tratar algunos aspectos de narratología, con aplicación práctica en textos cortos. Como evaluación, contaré las actividades realizadas en el aula y el trabajo final de análisis de su lectura (que podrán elaborar en parte en clase con mi apoyo).

Yo hubiera sido feliz de estar en una clase así. Con ellos, está por ver. Son bastante reacios a la lectura. ¡Me espera una labor árdua de activista literaria!

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